martes, 25 de junio de 2013

ESTO, de Cristina Chain.





Muerta y de cigarrillos 

Ahora describo solamente lo que rueda por ahí,
como un hijo en tu falda,
como el mar que imagino imaginas,
como la tempestad que nos sorprende.
Esto no es romper ni deshilachar un porvenir,
es así, como un gigante caído.

Es como los mecánicos ruidos de la muerte.

Ya me liberé de viajes,
siempre permanezco aquí...
Si quisieras desaparecer en la humareda de mi caos
solo hay que mirarme unos minutos.

El reloj se detiene cuando trato de explicar algo.
En esta casa nació un silencio. Solo hay que huir.

La limpieza ya se detuvo en la madrugada,
cuando desperté y quise separar la vida de la monotonía.

Siempre llegan almas a consolar esta estación de crepúsculos.
No fundé dunas ni costas,
siempre anduve por el bosque temido
y los troncos caían sobre los charcos,
para poder atravesar al otro lugar, 
al siguiente bosque en las tinieblas.

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