¿Qué opinión
tienes de las grandes editoriales? ¿Sientes que monopolizan el mercado del libro?
Déjame tomar
aire (risas). Es evidente, evidente. Las grandes editoriales son un puto y
rentable negocio. Creo que detrás de las editoriales grandes no existe cariño,
ni por el autor ni por los libros. Más no sé, ni siquiera vale la pena
mencionarlos. Están todos dentro de un saco mercenario. No me merecen mayor
opinión. Me repugna toda esa gente que hace diez mil copias del mismo libro, y
del mismo autor solo para tener nana o una casa en Zapallar. Suena resentido, y
lo es. Pero ahí no hay amor por la literatura y menos por los escritores. Ahí
hay oscuridad, dolor, nepotismo, la hijita del escritor/editor que es la relacionadora
pública, el torpe escritor que es capaz de casarse con la vieja más fea del
mundo con tal de ver publicadas sus basuras.
En relación
con las políticas públicas que han sido implementadas para fomentar la edición
y la lectura en nuestro país. ¿Cómo las evalúas? ¿Consideras que han sido
suficientes o crees que hace falta más apoyo estatal para, por ejemplo, las
editoriales independientes?
Lo que pasó
ahora en la Feria
de Guadalajara con las editoriales independientes es terrible. Sería super
fácil para ellos bajarle el impuesto a los libros, eso sería una buena medida
como para llevar a la gente al libro. Es muy caro leer en Chile. La editoriales
independientes qué hacen, venden libros con un margen pequeñísimo de ganancias,
o sea, si el libro te sale dos lucas hacerlo lo vendes en tres, pero no lo
vendes en ocho o en diez como lo venden ellos. Por eso también es caro llevarlo
a la librería, porque la librería le pone un cuarenta por ciento de recargo al
libro. Claro, entiendo, hay un margen de utilidad que la librería tiene que
tener. Pero no lo entiendo cuando una editorial gigantesca saca cinco mil
copias, que el precio costo de ese libro debe ser de doscientos pesos, es
terrible que lo vendan a quince mil pesos, si saco la proporción debe ser un
ganancia del veinte mil por ciento, tal vez, no sé; Pitágoras era un
desgraciado para mí, matemáticamente no me manejo. Así, es evidente que las
políticas de Estado no apoyan la cultura, de ninguna índole, es un persa vulgar
que montan con algunas luquitas por ahí, nada serio, paran cuatro palos solos, o
en este caso, nada serio para la cultura del libro. Pero ahora, analizando bien
todo me arrepiento, y lo encuentro tan hueón de mi parte, haber sido tan
incauto de creer que mandando mi proyecto sí podría ir a Guadalajara con mis
libros, cuando soy una micro editorial que tengo apenas veinte publicaciones,
era casi imposible ir a Guadalajara. O sea, es evidente que iba a ir Planeta
con un stand gigante, que iba a ir Random House, que iban a ir estos
conglomerados que los manejan ellos mismos, o sea no sé, la hermana de
Cruz-Coke, la señora de Cruz-Coke, o que la prima de la hermana de Cruz-Coke,
son ellos, son la gente que fue de paseo a Guadalajara. O sea, también fueron
editoriales independientes, pero fueron pagándose los costos, fueron ellos
pagando el pasaje, y porque no existía otra forma, de alguna forma había que
también tratar de estar. Pero por políticas de Estado las editoriales
independientes no iban a estar porque no les interesa, porque les hacen ruido a
las grandes editoriales que son los mismos pares de ellos, que son sus
familiares, el nepotismo literario, no sé cómo llamarlo. Pero no, cero aporte,
cero apoyo del Estado a la cultura independiente. Nosotros como editorial jamás
hemos postulado a nada. A ningún fondo concursable. Nosotros vamos por otro
camino, nosotros no intentamos ponerle el pie encima a la gran industria editorial,
no nos caen ni bien ni mal, no nos dan ni frío ni calor, no estamos a su
sombra, no les pasamos por encima, no les hacemos bullying, ellos tampoco a
nosotros, no nos pescamos, nosotros pasamos por el lado. Nosotros vamos a un
ritmo que nos tiene haciendo unos seis siete u ocho libros al año, y con
escritores muy buenos, con escritores insolentes, rebeldes, con verdaderos
escritores, escritores independientes también. Quizá, cuando éramos
adolescentes nos dolía que nos cerraran la puerta en la cara todas las
editoriales, pero ahora nosotros estamos en otra, estamos haciendo libros y ya
sabemos cómo hacerlo y cómo hacer buenos libros, entonces no nos interesa
mayormente.
¿Cómo logra
un editor independiente mantenerse a sí mismo y a su editorial en Chile?
Nosotros
hasta ahora, hasta este momento que ya estamos en el libro veinte, recién en el
libro veintiuno o veintidós vamos a ser capaces de autogestionar un segundo libro,
será “Leyenda Negra” de Eli Neira, creemos en la contracultura, creemos que es una
super buena escritora y un muy buen referente para las nuevas generaciones
independientes. Entonces nos estamos jugando por ella y también por hacer un
catalogo mucho más rico y atractivo para el lector, porque no sé si vayan a ser
libros que en el futuro pidan como textos escolares, pero si van a ser libros
que van a marcar un precedente en la cultura independiente, eso te lo aseguro.
¿A
¿Qué opinión
tienes de la Furia
del libro? ¿la ves como una instancia verdadera y provechosa para las
editoriales independientes?
Sí, mira, al
principio, cuando nos convocaron a la
Furia, me parecía ridículo tener que pagar por un stand para
ir a una feria independiente, encontraba que era un contrasentido. Pero en
realidad el lugar y la fecha hacen que sea una muy buena instancia para conocer
libros. De hecho nosotros hemos ido un par de años a la Furia y nos ha ido muy bien,
y nosotros arrendamos un stand que vale no sé, quince mil pesos, y esos quince
mil pesos en libros los vendes en una hora, y tienes tres días para vender
libros. Entonces claro que es una buena instancia, a lo mejor ir al GAM,
ponerte en esa plataforma que es del Estado puede ser irrisorio para la cultura
independiente que se precia de tal, pero sí es una buena instancia. O sea, qué
mejor que ir a la Furia
del Libro a vender tus libros, donde va mucha gente a mirar y puedes hacer
buenos contactos con escritores, puedes hacer intercambio de libros, puedes
mostrar tu trabajo, hay muchas plataformas, porque hay presentaciones de
libros, charlas, que se yo. Entonces sí, me parece que sí, que es una buena
instancia, de hecho las ferias en general son una buena instancia para eso,
para conseguir ese objetivo. Porque ferias donde no te cobran nada, por ejemplo
hubo una feria de edición independiente que se organizó por ahí, y
ahí no pagabas nada, y más encima te daban un almuerzo, un sándwich. O también
la feria de la Universidad
de Chile, en Beaucheff, una feria libre a la que nos convocaron, y claro, nos
dieron bebidas, sándwiches vegetarianos, una feria con muchas características
innovadoras, puedes encontrar desde semillas hasta cómics, desde antivirus
hasta libros cartoneros, que se yo, elementos de contracultura de diferentes ramas.
Y puedes ganar muchos contactos y eso es imprescindible para una editorial
independiente, tener buenos contactos, hacer buenas migas con la gente, no
enemistarte por guevás. Si hay alguien que hace un libro que tú querías hacer,
bueno, yo voy al lanzamiento y felicito a la editorial, no tengo problema con
eso.
Reflexionando acerca de tu experiencia como editor ¿te sientes satisfecho con lo que has logrado?
Reflexionando acerca de tu experiencia como editor ¿te sientes satisfecho con lo que has logrado?
Muy
satisfecho. Pero claro, hay momentos duros en que te das cuenta que te levantas
a las seis de la mañana, sales a las ocho de la pega y con suerte ves el sol el
sábado y el domingo. Entonces, aunque tengas una pega de mierda que te puede
dar una independencia económica igual eso no te hace feliz. Entonces cuando
comenzamos a trabajar con los libros nos dimos cuenta que estaban quedando robustos
y que cada vez iban quedando mejor, era también alentador, o sea, los libros a mí
me mantuvieron vivo, me dieron esperanza, era como un café en la mañana. Si
tengo que estar trabajando hasta las tres de la mañana, y he tenido que hacerlo
en casos, porque si siento que voy a terminar el libro ese día, ese día lo
termino y me quedo hasta las tres o cuatro de la mañana y al otro día me voy
cagado de sueño a trabajar pero me voy satisfecho, me voy feliz porque terminé
con un trabajo que es lo que me gusta hacer, porque hacer libros y hacer buenos
libros es gratificante.